Faena deslucida de Moratinos


Salvo que haya aspectos desconocidos de los acuerdos sobre derechos humanos alcanzados con el régimen comunista de Cuba, por lo que está a la luz pública, el resultado de la visita de ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a La Habana puede ser considerado un fiasco, que muestra la inoportunidad de ese viaje, que habían desaconsejado diplomáticos especializados en asuntos Iberoamericanos en general y en Cuba en particular.


La cuestión parece estar en que Moratinos es un socialista de carné de nuevo cuño. Su afiliación al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se consumó en el 2000, después de que el gobierno del derechista Partido Popular (PP) no le hiciera embajador en la ONU, como él pretendía. “Moratinos quiere pasar a todo el mundo por la izquierda”, dijo un diplomático conocer de la situación, quien inscribió este viaje a Cuba en los afanes de neoconverso del ministro.

En La Habana Moratinos suscribió acuerdos que, según dijo, sitúan a España como “interlocutor privilegiado” entre Cuba y la Unión Europea. Se trata, entre otras cosas, de crear un mecanismo de diálogo sobre los derechos humanos, asunto que debe ser trascendental y prioritario en la relación de cualquier nación democrática o bloque de naciones con el inmovilista régimen castrista.

Aunque hubo declaraciones de buenas intenciones por parte de España y Cuba, de una voluntad de “entendimiento” y de mantener un diálogo "franco y sincero" sobre "todos los temas", el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, uno de los más aguerridos miembros del búnker castrista, dejó claro que los presos políticos no están en la agenda.

Se trata de unas trescientas personas que están en prisión por sus ideas o actividades contrarias a Fidel Castro. Pero el canciller Pérez Roque niega que en Cuba haya presos de conciencia. Según respondió a los periodistas que cubrieron la visita de Moratinos, esas personas encarceladas son “subversivos”, “mercenarios”, “violentos” y “terroristas”.

Siendo así, ¿de qué derechos humanos pretende hablar España con Cuba? ¿De qué derechos humanos habrá hablado Moratinos con sus interlocutores cubanos, entre ellos el propio Raúl Castro, cabeza visible del régimen desde agosto pasado por la enfermedad de su hermano Fidel?
A punto de embarcar de regreso a Madrid, llevando bajo el brazo el acuerdo para crear el dichoso mecanismos formal del diálogo sobre los derechos humanos, Pérez Roque despidió a Moratinos echándole a la cara un gran balde agua helada. “No tenemos presos políticos”, afirmó. La siguiente pregunta es: ¿Pero alguien creía que el régimen cubano estaba dispuesto a discutir la situación de sus presos políticos con otro país? Los presos políticos en Cuba no forman parte de la agenda de conversaciones con Españay no nadie. Punto. A partir de ahí los gobiernos de La Habana y Madrid podrán ahora rizar el rizo.

Moratinos ha anticipado que ha hablado con sus interlocutores cubanos en un clima de confianza, entendimiento y respeto. ¿Entiende Moratinos que los trescientos seres humanos que están presos en Cuba por cuestiones políticas son mercenarios, terroristas, subversivos o violentos como asegura Pérez Roque? ¿Respeta España que estén en la cárcel por no comulgar con el régimen de Castro? ¿De qué diablos de derechos humanos van entonces a hablar La Habana y Madrid? Quizás solo sean capaces de discutir sobre el sexo de los ángeles, arcángeles, querubines y demás seres celestiales, como ha insinuado sarcásticamente un veterano corresponsal en América Latina.

La oposición interna se ha mostrado molesta con España. Algunos líderes dijeron que si fueran convocados a la Embajada de España en La Habana sencillamente no acudirán, pués para qué. Ha sido “decepcionante” la visita de Moratinos ya que España –critican– ha creado compromisos con el régimen cubano con los que la oposición no está de acuerdo. En un intento infructuoso de quitar yerro al asunto, Moratinos ha reiterado en La Habana “el compromiso inalterable” de su gobierno con los derechos humanos.

Pero las reacciones son muy duras. El opositor Oswaldo Payá, del Movimiento Cristiano Liberación, considera que el Gobierno de España “se han adaptado a las condiciones de exclusión” e “intolerancia” que el régimen impone a la disidencia; el opositor Partido Popular español ha hablado de “apoyo a la continuidad del régimen castrista, en lugar del apoyo a la transición democrática"; la Asociación Cubano–Española hizo hincapié en el "desprecio total y absoluto" a la oposición interna; la Unión Liberal Cubana expresó que España se ha convertido en "cómplice" del régimen de los hermanos Castro; la Asociación Española Cuba en Transición de manifestó la "irresponsabilidad histórica" española y afirmó que hubo “traición" a quienes "desde dentro de Cuba luchan por la libertad". Solo la coalición comunista española Izquierda Unida hizo un "balance positivo" de la visita a La Habana de Moratinos.

Al tiempo se recordaba que en el anterior paso por Cuba de un ministro español de Asuntos Exteriores, que fue en 1998 y Abel Matutes, durante el gobierno del Partido Popular, si hubo reuniones con la disidencia interna.

Francisco R. Figueroa

1 comentario:

Fran Invernoz dijo...

Faena deslucida, como muy bien se titula este post, aparte de hipócrita, con la doble moral que a veces utiliza la diplomacia española.