Kirchner y Kirchner


Por segunda vez en su historia Argentina puede tener una mujer en la presidencia. Por segunda vez también, la presidenta sería la esposa de alguien que ha sido jefe del Estado. Más que nunca, la Casa Rosada puede ser un asunto de familia.

Pero la senadora Cristina Fernández, esposa de Néstor Kirchner, no parece una persona que vaya a conducir a Argentina al despeñadero al que la llevó la corista María Estela Martínez de Perón, la «Isabelita» que heredó el cargo tras la muerte de su marido, el mítico caudillo Juan Domingo Perón, y que aguantó en la presidencia durante 20 meses, entre 1974 y 1976, hasta que la sacaron los militares. Esta mujer de pocas luces, manipulable, dada al esoterismo y muy limitada para gobernar, está ahora en libertad condicional, en su domicilio cerca de Madrid, a la espera del trámite de un pedido de extradición que ha hecho la justicia de su país. (Ver en estos Apuntes el artículo «Isabelita: ella desató los demonios» del 13 de enero de 2007, en http://www.apuntesiberoamericanos.blogspot.com/2007/01/isabelita-ella-desat-los-demonios.html).

Las comparaciones suelen ser odiosas, pero si Cristina Fernández formaliza su candidatura a las elecciones presidenciales previstas para octubre próximo surgirán las comparaciones tanto con la viuda «Isabelita» como con «Evita» Perón, la segunda esposa del general Perón muerta de cáncer con 33 años en 1952. Pero mientras Eva Duarte y María Estela Martínez seguramente no hubieran sido nada sin el general Perón, Cristina Fernández tiene una sólida vida política propia desde de casi 20 años. Incluso alcanzó antes que su marido notoriedad nacional.

En Argentina se habla abiertamente de la candidatura de Cristina Fernández y la clase política se acepta que alcanzará la presidencia dado el favoritismo que muestran las encuestas electorales. Se han celebrado comicios a favor de su candidatura y se han escuchado diferentes declaraciones de personeros del kirchnerismo en el mismo sentido. El presidente, llamado a convertirse en el gran elector, no ha sido claro aunque ha admitido que si el candidato no fuera él sería lo sería ella con aquella ya famosa frase: «si no es pingüino será pingüina». «Pingüino» es el apodo de Néstor Carlos Kirchner, oriundo de las frías tierras patogonas de la provincia de Santa Cruz, en cuya capital, Río Gallegos, nació hizo recientemente 57 años. Las encuestas, en todos los escenarios medidos, arrojan una victoria muy clara tanto en el caso de que el candidato sea Néstor Kirchner como si fuera Cristina Fernández. Y cada día que pasa parece más claro que será ella.

Según la prensa, Kirchner baraja dos planes: el primero consiste en buscar la reelección, como la esposa como número dos, y el segundo retirarse y dejarle el paso franco a la esposa. La primera opción parece alejarse por el alegado mal estado de salud del presidente, que puede padecer cáncer en el aparato digestivo, posiblemente en el colón. En Río Gallegos se comenta abiertamente esa situación, de la que han informado medios locales. Según esas versiones, el entorno de Kirchner maneja la salud del presidente como un secreto de estado, del mismo modo que en Cuba se lleva la de Fidel Castro. Por otro lado, corren las versiones de que el mandatario acude frecuentemente a Río Gallegos en los fines de semana para ser tratado por médicos de su confianza, lejos de Buenos Aires.

Cristina Fernández tiene una carrera política de larga trayectoria, aunque forme con su marido una pareja política imponente. De 54 años, Cristina Fernández es la esposa de Kirchner desde 1975. Se conocieron de estudiantes en la Universidad de la Plata donde ambos se graduaron como abogados. Es una mujer vistosa, de fuerte carácter y fama de combativa. Desde 1989 tiene su propia carrera política. Ha sido legisladora en la provincia de Santa Cruz y después diputada y senadora nacional. Actualmente es la jefa de la bancada peronista en el senado federal argentino.

Francisco R. Figueroa

2 comentarios:

Guillermo Ravagni dijo...

Carlos Menem es un conductor y Nestor Kirchner es un caudillo
Es imposible por eso -dice Perón- aprender política. Es tan infinito el número de casos concretos que la política plantea que quien quisiera aprender todo, se moriría antes de haber aprendido la milésima parte. Discurso pronunciado el 19 de abril de 1951. Por eso la gran diferencia entre Néstor Kirchner y Carlos Menem. El caudillo improvisa, y el conductor planifica y ejecuta. El caudillo anda entre las cosas creadas por otros, el conductor crea cosas nuevas. El caudillo actúa inorgánicamente, el conductor organiza, vence al tiempo y perdura en sus propias creaciones. El caudillo es un oficio, la conducción es un arte. Discurso pronunciado el 25 de julio de 1949. Juan Domingo Perón

Guillermo Ravagni
www.guilleravagni.blogspot.com

Fran Invernoz dijo...

Perón-Evita, Perón-Isabel, Kirchner-Kirchner, el mismo discurso de más de medio siglo que sigue anquilosando Argentina en el ámbito de un marco populista, con la diferencia que se ha abandonado el rumbo fascista del general Juan Domingo Perón, al que todavía se recuerdan sus discursos de 58 años, cómo si no hubiera corrido mucha agua del río bajo el puente, como la caída del Muro de Berlín, el crecimiento de la Unión Europea y el impulso económico y comercial de China y Corea, aparte de la globalización. No se puede vivir anclado en el pasado, cuando desde los 58 años del discurso de Perón la mayoría de los argentinos siguen viviendo en el umbral de la pobreza, con una pésima Sanidad y todavía una mala distribución de la riqueza, todavía escasa que produce el país para conformar la vida digna de los argentinos.