Si los curas de la «parroquia roja» del suburbio madrileño de Entrevías fueran coherentes abrirían su propia iglesia en lugar obstinarse en la rebeldía a la orden de cierre que ha dado el ultramontano cardenal Antonio María Rouco Varela.
¿De qué sirve a esos tres curas de la parroquia de San Carlos Borromeo seguir en una organización que los ha execrado por la manera heterodoxa que ejercen su ministerio sacerdotal? Los párrocos Enrique de Castro, Javier Baeza y José Díaz han sido condenados al decretar Rouco Varela el cierre para el culto de la parroquia de Entrevía con el argumento de que las liturgias allí no se ajustan a las reglas eclesiásticas. ¿Misas en ropa de calle? ¿Baguette o bizcocho en lugar de hostias? ¿Catecismo de barricada? ¿Liturgia social? ¡Despropósitos, herejías…!, clama Rouco. El cardenal, como el ángel de la espada encendida, le ha mostrado a los tres curas rojos la puerta de salida del Paraíso. ¿Por qué no la toman?
De Castro asegura en ese sentido que no cree en las fugas, que uno no deja la familia porque no te guste, como tampoco deja se deja de ser español, y que quiere seguir apegado al Evangelio y a Jesús. Es una posición un tanto cómoda y bastante pueril y romántica. Sobre todo cuando luego afirma que si volviera a ser joven desde luego no se haría sacerdote. Terco en esta lucha como lo fue en la pelea contra la dictadura franquista, de Castro, que lleva cuarenta años de cura, no puede llamarse a engaños. Sabe, como sus dos compañeros, que la Iglesia Católica Apostólica y Romana es una organización jerarquizada, verticalista, con una fortísima disciplina, la obediencia ciega como mandamiento y el dogma de fe por bandera. Cuando recibió el sacerdocio juró la obediencia a sus superiores, que son los obispos, los herederos de los apóstoles, cuyo capitán es el papa de Roma, declarado líder indiscutible e infalible por la propia ley vaticana. Esa es la esencia, el meollo del asunto. La disidencia no está permitida. En otros tiempos se pagaba con la muerte. Se acabó la tibieza y se han cerrado las válvulas que abrió el Concilio Vaticano II. Al frente del cotarro vaticano está quien antes de convertirse, hace dos años, en Benedicto XVI era, como cardenal Joseph Ratzinger, el guardián de la ortodoxia como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el viejo Santo Oficio de la Inquisición. Este alemán autoritario que personifica un «catolicismo fosilizado» se muestra decidido a acabar el trabajo que emprendió su antecesor contra las liberalidades y el desviacionismo que representa la Teología de la Liberación.
Si De Castro y sus colegas no están de acuerdo con una Iglesia que, según ellos, es de los ricos y para los poderosos, que claven la orden de cierra en la puerta de la catedral de la Almudena y partan para una nueva Iglesia de los pobres y de los excluidos social. Ya tienen audiencia, la atención de la prensa, el apoyo de algunos famosos y posiblemente consigan medios económicos. La telepredicación y la iglesia electrónica en los tiempos actuales obran milagros. Otros grupos cristianos del rebaño de los llamados evangélicos lo han demostrado en decenas de credos rivales entre sí, todos a su vez desgajados en el curso de la historia de la Iglesia católica tradicional y oficial.
¿Qué tendrá esa Iglesia que tan difícil resulta tomar la salida a los disidentes? ¿Qué es la «única y verdadera» como pregona? ¿Qué fuera de ella no hay «salvación»? Parece difícil dar ese pasó y así ocurrió con los exponentes de la Teología de la Liberación, que fueron incapaces de llegar a la ruptura cuando el Vaticano la emprendió contra ellos. ¿Qué pensaba el cura peruano Gustavo Gutiérrez cuando forzado por la jerarquía escribía el artículo en forma de retractación que fue publicado un domingo de 1992 en el diario limeño «La República»? ¿Y el nicaragüense Ernesto Cardenal cuando, hincado de rodillas en el aeropuerto de Managua, escuchaba en 1983 la bronca que le daba el papa Juan Pablo II? ¿Y el brasileño Leonardo Boff cuando el cardenal Ratzinger le enseñaba amenazante en Roma la mazmorra donde tuvieron a Galileo por afirma que la tierra se mueve, antes de que colgará los hábitos en 1991? ¿Y el castigado teólogo vasco-salvadoreño Jon Sobrino? ¿Y el tantas veces reprendido catalano-brasileño Pedro Casaldáliga? ¿Y tantos otros? ¿Por qué ninguno de ellos ha dado el paso y convertido su corriente teológica en una nueva iglesia social y popular, la iglesia de la Teología de la Liberación al margen de la Romana?
Francisco R. Figueroa
3 comentarios:
El cuestionamiento es correcto, estos teólogos de la liberación son en su mayoría unos farsantes, y si no, que lo diga Fernando Lugo.
EN TODAS PARTES SE CUECEN HABAS: FERNANDO LUGO, LA GRAN ESTAFA. (Luis Agüero Wagner http://judasiscarioteenlaarenapolitica.blogspot.com)
No crean que son originales. En Paraguay, la ultraderecha pretende estafar presentando como izquierdista a Fernando Lugo, candidato del Vaticano y la Embajada norteamericana. Si no es cierto, que respondan.
CUESTIONARIO PARA LUGUISTAS:
Una prensa maccartista que los paraguayos heredamos de Stroessner pretendió hacernos creer que el obispo “de los pobres” Fernando Lugo era un candidato de la izquierda, como si la Iglesia Católica fuera referente de institución progresista. A ellos les planteamos estas interrogantes:
¿Es izquierdista Ricardo Canese (dirigente luguista) cuando defiende la política de biocombustibles de George W. Bush?
¿Alguno de los dirigentes luguistas protestó alguna vez por las injerencias de James Cason?
¿Recibe dólares de USAID la ONG “Gestión local” de Guillermina Kanonikoff y Raúl Monte Domecq?
¿Estuvo Camilo Soares en noviembre del año 2000 en un congreso financiado por la NED?
¿Fue o no publicitado Lugo por el diario ABC color, propiedad de Aldo Zucolillo, favorecido del agente de la CIA Leonard Sussman cuando era perentorio fabricar bien remunerados disidentes a la dictadura?
¿Firmó Julio Benegas, empleado de Zucolillo, un contrato con Bryan Finnegan ( de la AFL-CIO) el 21 de Setiembre de 2005?
¿Recibió la casa de la Juventud –cuna del PMAS- 127.000 dólares de IAF en el año 2004?
¿Puede ser de izquierda gente financiada por la NED, institución creada como alternativa a la CIA por el imperio?
Lamentable el artículo y lamentables algunos comentarios.Lamentable el artículo porque el periodista no se puede escapar del formateo mental que la Iglesia Romana y particularmente la Española ha realizado con los cristianos. El evangelio nada tiene que ver con el Franquismo y supuestas posturas de ortodoxia. Por suerte en España existen muchos teólogos que se ocupan de una reflexión crítica.
Que la Madre Iglesia en España se dedique a ayudar a hermanos que en este momento la están pasando mal y abandone sus privilegios feudales
Lamentable el artículo y lamentables algunos comentarios.Lamentable el artículo porque el periodista no se puede escapar del formateo mental que la Iglesia Romana y particularmente la Española ha realizado con los cristianos. El evangelio nada tiene que ver con el Franquismo y supuestas posturas de ortodoxia. Por suerte en España existen muchos teólogos que se ocupan de una reflexión crítica.
Que la Madre Iglesia en España se dedique a ayudar a hermanos que en este momento la están pasando mal y abandone sus privilegios feudales
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