Chávez cumplirá la condena a muerte de RCTV

Parece imposible que Hugo Chávez de su brazo torcer en la decisión que va a suponer la liquidación de la emisora decana Radio Caracas Televisión (RCTV). Se muestra inflexible ante las voces que se han alzado a favor de RCTV en numerosas esquinas del mundo y en propio país, donde hay manifestaciones y marchas, así como una encuesta que puso de evidencia que el caudillo bolivariano solo cuenta con la aprobación de uno de cada seis venezolanos en esa medida.

Chávez y un rosario de personeros del chavismo han dejado claro estos días que no cederán a las presiones nacionales e internacionales que están recibiendo. Afirman que se trata de «una campaña mundial» desarrollada por «antivenezolanos», «enemigos de la democracia», «fascistas», «golpistas» «burgueses», «oligarcas» y «gobiernos de derecha». Aseguran que esa campaña es contra Venezuela, aunque los dueños, los 3.500 empleados y otros 5.000 dependientes de RCTV, los manifestantes que salen a la calla y el 80% que responde en las encuestas contra el cierre de esa televisora sean venezolanos.

Así, RCTV quedará borrada del mapa el próximo 27 de mayo, como Chávez estableció en diciembre último, cuando puso fecha y hora para la liquidación del canal, que cuenta con casi 55 años de vida y el aprecio generalizado de un pueblo que se identifica con una de las dos televisoras más importantes del país y la más antigua. El 27 de mayo próximo vencerá el permiso estatal de uso de frecuencia y el Gobierno de Chávez no lo renovará. Con una medida administrativa el chavismo se quita de un manotazo un gran medio de comunicación desafecto al régimen. Desde que Chávez llegó al poder en 1999, RCTV ha sido un medio opositor a su régimen, una línea que se agudizó a raíz de los sangrientos sucesos que en en abril de 2002 provocaron la breve separación del poder de Chávez y la sucesión de hechos de esa gravísima crisis.

Chávez afirma que RCTV es una canal «golpista» que ha desarrollado contra su gobierno «campañas brutales». Reconoce así que su decisión de no renovar el permiso es una cuestión meramente política y una represalia por su falta de docilidad. Es cierto que el Estado, cualquier Estado, no está obligado a renovar una concesión de frecuencia a un medio radioeléctrico. Pero una medida así en cualquier democracia sería interpretada como un atentado contra las libertades de prensa y de empresa. Cualquier gobierno democrático se cuidará de adoptarla. En el caso de Venezuela, pone en entredicho la predominancia del pueblo en el gobierno, es decir, el talante verdaderamente democrático del comandante Hugo Chávez y de su régimen, así como su apego a la libertad de expresión. Además, en Venezuela hay varias decenas de canales de TV, entre ellos Venevisión, la otra gran televisora del país, y algunas con nombres tan floridos como «Niños Cantores». Únicamente se ha tomado la medida punitiva contra RCTV. También simplemente ha habido una medida ejecutiva, sin que se le haya dado oportunidad de defensa a la empresa afectada ni interviniera en el caso cualquier instancia judicial, si bien RCTV presentó una apelación.

Marcel Granier, presidente de RCTV y miembro por matrimonio de la familia Phelps de los fundadores de ese grupo de comunicaciones, ha peregrinado por el mundo buscando apoyos y solidaridades, por último ante el Parlamento Europeo y en la sede de la Unión Europea, en Bruselas. Insiste en que el 27 de mayo no vence el permiso por 20 años que la empresa obtuvo en 1987 porque el mismo quedó automáticamente renovado en 2002, en pleno gobierno de Chávez, mediante un acto administrativo del ente regulador de las telecomunicaciones. El Gobierno lo niega. Granier recuerda que la medida adoptada por el Gobierno de Chávez «viola de manera contundente», entre otras normas, el Tratado Interamericano de los Derechos Humanos que «prohíben la discriminación y el premio y el castigo a periodistas y sus medios por su posición política».

Francisco R. Figueroa

Ladrillos en el aire

El sector español del ladrillo está patas arriba. Algunos hablan del fin de una era de esplendor. Otros de que el desplome en curso de los valores en la bolsa de las inmobiliarias es el primer aviso, el pistoletazo de salida de una crisis de consecuencias imprevisibles, o que el sector de la construcción paga por su mareante revalorización.

Hay quienes afirman que la famosa burbuja inmobiliaria española ha estallado finalmente y sus efectos serán contagiantes a sectores afines, como la banca, que tiene 740.000 millones de euros en hipotecas. Todo ha ocurrido tan rápido que pude resultar prematuro sacar conclusiones, excepto que ha habido pánico.

La verdad es que en el «martes negro» 24 de abril de 2007 hubo un desplome bursátil del sector arrastrado por el «efecto Astroc», una inmobiliaria de carrera tan fulgurante para arriba como la que ahora está teniendo hacia abajo.

En los dos últimos meses, Enrique Bañuelos, mentor y principal accionista de Astroc Mediterráneo, ha visto convertirse en humo sobre el parqué de la bolsa el 78% del valor de su empresa. La mayor pérdida ha ocurrido en los últimos siete días, sobre todo en dos jornadas de fortísimas contracciones. En una perdió un 43% y en la otra un 37%. Lo que en febrero último valía cien euros hoy no pasa de veintidós.

Los 9.000 millones de euros que sobre el papel llegó a valer Astroc Mediterráneo se han reducido a menos de 2.000 millones por arte de birlibirloque. Bañuelos ha reconocido que su empresa tuvo una revalorización desmesurada. Pasó de menos de siete euros por acción a 75 en el lapso de nueve meses. Ahora está sobre los 16 euros. Puede que la diosa fortuna haya abandona a Bañuelos justo cuando había sido encumbrado en el Olimpo de los cien mayores multimillonarios del mundo. Bañuelos ha salido de ese muy selecto club a mayor velocidad de la que entró. De todos modos, pese a tan dura caída, el valor de Astroc aún es el doble que cuando salió a bolsa hace tan solo once meses y Bañuelos es un hombre muy rico.

Bañuelos, un empresario con poco brillo mediático, es el mejor exponente del grupo de empresarios españoles que amasaron fortunas en hormigoneras, de forma meteórica, un prodigio en el que ha tenido mucho que ver el toque con la varita mágica de los políticos y las recalificaciones de terrenos para uso urbano. En el caso de Astroc, en las costas de la Comunidad Valenciana, donde Bañuelos asegura que aún dispone de cinco millones de metros edificables.
En el ránking mundial de «Forbes» de 2007 entraron 48 nuevos multimillonarios. Una decena eran esos «señores del ladrillo» españoles que se hicieron multimillonarios en la construcción y los que la revista atribuye una fortuna en conjunto de unos 20.000 millones de euros. Ahora parece que los ladrillos caen sobre sus cabezas, de golpe.

Bañuelos se había convertido en el tercer hombre más acaudalado de España y la sexagésima primera fortuna del mundo con casi 5.700 millones de euros. Cada uno de ellos han igualado –y algunos superado- la fortuna de clásicos españoles en la lista «Forbes» como las hermanas Koplovitz (Esther y Alicia) o Emilio Botín.

De todos modos, Bañuelos no ha quedado como un hombre pobre. Tras el descenso vertiginoso de su fantástico patrimonio se sitúa, más o menos, a la par que Donald Trump, que ahora está allá por el puesto 314º de la lista de «Forbes». Así pues, aún no se puede hablar totalmente de McPatos (Tíos Gilitos) desplumados.

La cuestión ahora es ver la dimensión que toma esta crisis y cómo afectará al precio de la vivienda y, por tanto, al bolsillo de los españoles. Las amartras saltarán cuando los valores hipotecados superen el precio de los inmuebles.

Francisco R. Figueroa

«Nuestro hombre Posada Carriles»

La debilitada autoridad de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo internacional ha recibido un mazazo con la puesta en libertad condicional del cubano-venezolano Luis Posada Carriles, a quien se responsabiliza, entre otros, de una masacre de 73 civiles inermes, pasajeros de un avión de vuelo regular que fue dinamitado sobre el Caribe.

Con independencia de que ese cubano-venezolana de vida turbia haya dedicado su existencia a combatir enconadamente a Fidel Castro, del carácter dictatorial del régimen de La Habana, de sus cárceles, de su represión, de que sus víctimas mortales pasen de ocho mil, sin contar centenas de miles en el exilio, de todo ello y de mucho más, pese a tantas cosas, Estados Unidos carece de argumentos para evitar que Posada Carriles sea juzgado por un acto de terrorismo como fue la voladura de aquel avión, de que le reclame Venezuela y de que Hugo Chávez sea el principal aliado del castrismo en el mundo.

Un tribunal de Estados Unidos dejó esta semana a Posada Carriles ir a casa, en Miami, con un grillete electrónico y sin atender un pedido reiterado de prisión con fines de extradición que le hizo Venezuela por aquella matanza, ocurrida en octubre de 1976, y cuya responsabilidad penal aún no ha prescrito. Venezuela hizo su petición a Estados Unidos de acuerdo a tratados bilaterales, internacionales y a la convención de la ONU sobre el terrorismo.

Nacido en Cienfuegos (Cuba), Posada Carriles fue confidente de la policía de Fulgencio Batista, contrarrevolucionario experto en explosivos antes de salir al exilio; soldado anticastrista en Bahía Cochinos y en la Operación Mangosta; militar de Estados Unidos, agente de la CIA en varios países del Caribe y asesor de los represores políticos en Argentina, Chile y El Salvador; aliado de las tramas negras fascistas italianas; cómplice en el asesinato del que fuera canciller del gobierno socialista chileno de Salvador Allende, Orlando Letelier; agente de la policía política de Venezuela, cuya nacionalidad adoptó, y torturador a mansalva de guerrilleros; organizador de varios atentados fallidos contra Castro; traficante de armas; activista a favor de «la contra» nicaragüense que con apoyo de Washington combatía al gobierno sandinista; mercenario de la Fundación Nacional Cubano Americana… Se sabe que Posada Carriles estuvo involucrado hasta al cogote en un sinfín de actividades anticastristas y contra las guerrillas y la izquierda latinoamericana. Hay cuantiosas pruebas.

Pero de todos ello ahora a este anciano (tiene 79 años) solo se le quiere pedir cuentas por la voladura del avión de Cubana de Aviación que, con 73 personas a bordo, cubría una de línea regular de Caracas a La Habana. Todos murieron sobre Barbados. Detenido, se fugó tres veces de cárceles venezolanas antes de que acabara el proceso por la voladura del aparato. Venezuela niega que Posada Carriles haya sido absuelto. Pendiente de juicio, agrega, se fugó por última vez en 1985, saliendo por la puerta principal de la prisión.

Documentos del FBI desclasificados muestra a Posada Carriles como autor intelectual de la voladura del avión, que parece fue tramada en Santo Domingo a la vez que el asesinato de Letelier. En unas declaraciones periodísticas, hechas en el 2005, Posada Carriles negó haber participado «jamás en una acción terrorista donde hubiera habido civiles». Desde que los servicios secretos cubanos detectaron su ingreso clandestino a Estados Unidos, procedente de América Central, en marzo del 2005, el gobierno de Washington se esforzó en negarlo. Detenido luego por haber violado las leyes de inmigración, finalmente ha obtenido la libertad condicional, bajo una fianza de 350.000 dólares, hasta que se vea su juicio por ingreso ilegal al país y falsedad en la solicitud de visado.

Como alega Cuba, al gobierno de Estados Unidos le habría bastado con certificar el carácter terrorista de Posada Carriles para impedir su liberación, de acuerdo a las leyes nacionales. Por otro lado, Estados Unidos tiene leyes claras respecto a que un terrorista no es apto para obtener la ciudadanía, la residencia, el asilo, ni evitar una deportación ni obtener un visado. Después del arresto, el Departamento de Seguridad Interna indicó en un comunicado que «generalmente, y como política de inmigración y ley, no se deporta a personas a Cuba, así como tampoco se deporta a personas hacia países que se cree actúan a favor de Cuba.» En el caso de Posada Carriles también debe influir el agradecimiento por los servicios prestados y, sobre todo, la necesidad de llegado a Venezuela acabe desvelando detalles de una infinidad de acciones de los servicios secretos de Estados Unidos en América Latina durante más de cuarenta años y un sin sinfín de relaciones peligrosas.

Con la libertad condicional de Posada Carriles y los oídos sordos puestos al pedido de extradición venezolano, Estados Unidos ha dejado clara su posición. No parece consistente una decisión judicial que hubo contraria a la extradición, basada en la Convención Internacional contra la Tortura, bajo la presunción de que llegado a Venezuela Posada Carriles sería sometido a castigos inhumanos porque en ese país comúnmente se somete a tormento a los detenidos.

El diario The New York Times ha afirmado que Washington sentaría un precedente muy dañino en su guerra contra el terrorismo si beneficia a Posada Carriles. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, se mostró a favor de la extradición a Venezuela. «Ojalá no imperen criterios políticos», dijo.

Cuba y Venezuela acusan al gobierno de George Bush de «hipocresía en su guerra mundial contra el terrorismo» y de mantener «una doble moral», al tiempo que calificaron de «desvergonzada» e «infame» una liberación que «busca comprar el silencio del terrorista sobre sus crímenes al servicio de la CIA, especialmente en la época en que Bush padre fue su Director General».

Tras la libertad condicional a Posada Carriles, los 118 estados miembros de la organización de Países No Alineados, en la que Cuba tiene un peso significativo, han suscrito las tesis de Caracas y La Habana, que encontraron anteriormente el respaldo, explícito o tácito, de otras entidades multinacionales, entre ellas la Cumbre Iberoamericana de jefes de estado y Gobierno.

Francisco R. Figueroa
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Quimeras en Isla Margarita

La Cumbre Energética Suramericana celebrada en Isla Margarita acabó en fracaso para el presidente anfitrión, Hugo Chávez. Alquimista de una panacea para los problemas energéticos suramericanos, el gobernante venezolano finalmente solo logró cocinar en el hornillo de atanor lo que él mismo llamó «un concepto».

En realidad es una nueva sigla: UNASUR, el acrónimo de la Unión de Naciones del Sur, un nuevo ente para una largamente perseguida integración regional que hasta ahora no pasa de una espesa sopa de letras de instituciones y organismos con resultados escasos.

En Margarita quedó claro que en América del Sur no van todos a una, como sugiere el «concepto» de Chávez. Cada uno va a lo suyo y unos pocos se dejan llevar.

Los ocho presidentes suramericanos –no asistieron los de Perú, Uruguay, Guayana y Surinam– manifestaron retóricamente su empeño en estimular los potenciales energéticos de Suramérica, que dispone del 25% de las reservas de energía mundial y cuyos recursos hídricos equivalen a todas las reservas conocidas de petróleo en términos de producción de electricidad.

Hugo Chávez pretendió que la cumbre tuvieran otros alcances. Con apoyo de Argentina y Bolivia defendió una OPEP suramericana del gas. Pero se toparon con Brasil, cuyo gobierno, apoyado por Colombia, consideró un sin sentido plantear la integración de un cartel en defensa de los intereses de las naciones productoras de gas en una conferencia presidencial a la que asistían también naciones consumidoras. Brasil es un gran consumidor de gas y dejó claro, una vez más, que no va a tirar piedras contra su tejado. Allá Argentina, Bolivia y Venezuela con lo que hagan por su cuenta, dijo el Canciller brasileño, Celso Amorim. Chávez no acaba de entender que no hay unión ni bloque suramericano o latinoamericano sin Brasil, que en todos los sentidos pesa tanto como todos los demás juntos quitando de la báscula a México

De nuevo Brasil se cruzó en las pretensiones de Chávez y del boliviano Evo Morales, quienes pretendieron incluir en el documento final de la cumbre una referencia –acorde a las ideas expresadas también, puño en ristre, por Fidel Castro– de que la producción de etanol está reñida con la de alimentos. Finalmente parece que quedo entendido que una cosa es el etanol extraído de la caña de azúcar, como en Brasil, y otra el que se destila del maíz, como Estados Unidos. ¡Qué felicidad! Chávez, Morales y hasta el ecuatoriano Rafael Correa celebraron las excelencias del etanol de Brasil, cuyo presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, explicó pormenorizadamente los alcances en su país de esos biocombustibles que se producen desde hace por lo menos treinta años, con los que carbura más de la mitad del parque móvil nacional, y de una industria que ahora trasciende fronteras y está a punto de rendirle al país pingües beneficios. Exactamente con el mismo derecho que Venezuela exporta crudo, Brasil comercializa etanol. De modo que se pudieron sortear las diferencias y declarar que no hay oposición si no complementariedad entre los combustibles de origen fósil y los que se extraen de los vegetales.

La construcción del Banco de Sur –Chávez andaba poniendo a todo gas los ladrillos de ese edificio– puedo haber quedado en quimera. De nuevo Brasil se cruzó en los planes del ardoroso militar venezolano. Chávez ya ha anticipado que no quiere peleas con Lula. Brasil ha dicho que quieren saber qué es ese dichoso banco y para qué va a servir. Al oponerse así a la creación de Banco del Sur, Lula le enmendaba la plana a su ministro de Hacienda, Guido Mantega, quien poco días antes, en Washington, había dado seguridades en el sentido de que su país participaría en el banco que impulsa Chávez.

Por lo demás, Isla Margarita pudo ser una fiesta.

Francisco R. Figueroa

Correa vigorizado

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha logrado en el plebiscito del domingo último un poder descomunal. Se trata de una autoridad personal ya que Correa carece de un partido. Asín, sin organización política propia que llegado el caso imponga cordura, parece prudente que el joven y poco curtido gobernante ecuatoriano encargue cuanto antes a uno de sus consejeros recordarle cada mañana en el desayuno aquello de que «toda gloria es pasajera».

A tres meses de hacer asumido el cargo de presidente ecuatoriano, alrededor de un 80% del voto popular logrado en el plebiscito del domingo puede endiosarle, sobre todo cuando también el resultado de esa consulta ha representado un mazazo demoledor para toda la clase política tradicional de su país. El abrumador resultado incluso legitima el golpe de mano que significó la destitución de 57 de los 100 miembros del Congreso Nacional en la áspera crisis institucional que precedió a los comicios del domingo.

Los ecuatorianos han aprobado la convocatoria de una Asamblea Constituyente que redactará la tercera constitución del país en menos de veinte años. Las dos anteriores de poco sirvieron. El país se debatió en un torbellino político tan grande que significó el paso por el palacio presidencial de Carondolet de ocho inquilinos en diez años. Tres de ellos fueron desalojados de allí intempestivamente. Desde luego la nueva Carta Magna no va a servir para garantizar la gobernabilidad ni para resolver los enrevesados problemas políticos que tiene el país y tampoco las penurias sociales y económicas.

Habrá que aguardar a septiembre, cuando en otra votación popular serán escogidos los miembros de la constituyente. Será una asamblea con plenos poderes, es decir, que podrá legalmente hacer lo que quiera, incluso decretar la finalización de labores de los actuales congresistas, disolver el poder judicial y jubilar al jefe del Estado. Se verá entonces qué poder tiene en ella Correa. Si las cosas siguen como hasta ahora, debe controlarla con lo que estará en condiciones de redactar una constitución a su medida o a la medida del pueblo y de sus necesidades.

En esa nueva Constitución cobrará fuerza de ley el proyecto político socializante que pregona Correa. ¿Hasta dónde llegará? Esa es la cuestión. Fuera de Ecuador a Correa se le ve como un caudillo que está saliendo del capullo y lo más parecido que hay al líder de la revolución venezolana y presidente de su país, Hugo Chávez. La diferencia –notable por cierto– es que Chávez es un militronche y un visionario alucinante que incluso ha colocado a las Fuerzas Armadas de su país al servicio de la revolución, de su causa personal, eso que él denomina Socialismo del Siglo XXI y sus rivales un proyecto comunisto-fascistoide. Correa es un civil, economista y universitario con escaso recorrido político, aparte su entrada triunfal a la cosa pública desde la nada en las últimas elecciones presidenciales ecuatorianas.

Durante los últimos días, Correa ha procurado deslindarse de Chávez y sus proyectos. Nada que ver con él, según ha reiterado. Si eso no lo ha dicho por estrategia política, para contrarrestar las constantes arremetidas por ese lado de sus adversarios, Correa puede que tenga un vuelo propio ligero de equipaje. Queda también por ver si ese Chávez ansioso de aliados y emuladores es capaz de seducirle con sus cantos de sirena y su billetera grande.

Francisco R. Figueroa

Teología de la Liberación en Entrevías

Si los curas de la «parroquia roja» del suburbio madrileño de Entrevías fueran coherentes abrirían su propia iglesia en lugar obstinarse en la rebeldía a la orden de cierre que ha dado el ultramontano cardenal Antonio María Rouco Varela.

¿De qué sirve a esos tres curas de la parroquia de San Carlos Borromeo seguir en una organización que los ha execrado por la manera heterodoxa que ejercen su ministerio sacerdotal? Los párrocos Enrique de Castro, Javier Baeza y José Díaz han sido condenados al decretar Rouco Varela el cierre para el culto de la parroquia de Entrevía con el argumento de que las liturgias allí no se ajustan a las reglas eclesiásticas. ¿Misas en ropa de calle? ¿Baguette o bizcocho en lugar de hostias? ¿Catecismo de barricada? ¿Liturgia social? ¡Despropósitos, herejías…!, clama Rouco. El cardenal, como el ángel de la espada encendida, le ha mostrado a los tres curas rojos la puerta de salida del Paraíso. ¿Por qué no la toman?

De Castro asegura en ese sentido que no cree en las fugas, que uno no deja la familia porque no te guste, como tampoco deja se deja de ser español, y que quiere seguir apegado al Evangelio y a Jesús. Es una posición un tanto cómoda y bastante pueril y romántica. Sobre todo cuando luego afirma que si volviera a ser joven desde luego no se haría sacerdote. Terco en esta lucha como lo fue en la pelea contra la dictadura franquista, de Castro, que lleva cuarenta años de cura, no puede llamarse a engaños. Sabe, como sus dos compañeros, que la Iglesia Católica Apostólica y Romana es una organización jerarquizada, verticalista, con una fortísima disciplina, la obediencia ciega como mandamiento y el dogma de fe por bandera. Cuando recibió el sacerdocio juró la obediencia a sus superiores, que son los obispos, los herederos de los apóstoles, cuyo capitán es el papa de Roma, declarado líder indiscutible e infalible por la propia ley vaticana. Esa es la esencia, el meollo del asunto. La disidencia no está permitida. En otros tiempos se pagaba con la muerte. Se acabó la tibieza y se han cerrado las válvulas que abrió el Concilio Vaticano II. Al frente del cotarro vaticano está quien antes de convertirse, hace dos años, en Benedicto XVI era, como cardenal Joseph Ratzinger, el guardián de la ortodoxia como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el viejo Santo Oficio de la Inquisición. Este alemán autoritario que personifica un «catolicismo fosilizado» se muestra decidido a acabar el trabajo que emprendió su antecesor contra las liberalidades y el desviacionismo que representa la Teología de la Liberación.

Si De Castro y sus colegas no están de acuerdo con una Iglesia que, según ellos, es de los ricos y para los poderosos, que claven la orden de cierra en la puerta de la catedral de la Almudena y partan para una nueva Iglesia de los pobres y de los excluidos social. Ya tienen audiencia, la atención de la prensa, el apoyo de algunos famosos y posiblemente consigan medios económicos. La telepredicación y la iglesia electrónica en los tiempos actuales obran milagros. Otros grupos cristianos del rebaño de los llamados evangélicos lo han demostrado en decenas de credos rivales entre sí, todos a su vez desgajados en el curso de la historia de la Iglesia católica tradicional y oficial.

¿Qué tendrá esa Iglesia que tan difícil resulta tomar la salida a los disidentes? ¿Qué es la «única y verdadera» como pregona? ¿Qué fuera de ella no hay «salvación»? Parece difícil dar ese pasó y así ocurrió con los exponentes de la Teología de la Liberación, que fueron incapaces de llegar a la ruptura cuando el Vaticano la emprendió contra ellos. ¿Qué pensaba el cura peruano Gustavo Gutiérrez cuando forzado por la jerarquía escribía el artículo en forma de retractación que fue publicado un domingo de 1992 en el diario limeño «La República»? ¿Y el nicaragüense Ernesto Cardenal cuando, hincado de rodillas en el aeropuerto de Managua, escuchaba en 1983 la bronca que le daba el papa Juan Pablo II? ¿Y el brasileño Leonardo Boff cuando el cardenal Ratzinger le enseñaba amenazante en Roma la mazmorra donde tuvieron a Galileo por afirma que la tierra se mueve, antes de que colgará los hábitos en 1991? ¿Y el castigado teólogo vasco-salvadoreño Jon Sobrino? ¿Y el tantas veces reprendido catalano-brasileño Pedro Casaldáliga? ¿Y tantos otros? ¿Por qué ninguno de ellos ha dado el paso y convertido su corriente teológica en una nueva iglesia social y popular, la iglesia de la Teología de la Liberación al margen de la Romana?

Francisco R. Figueroa

Fidel centenario

El departamento de prensa de la Embajada de Cuba en Madrid ha distribuido hoy una información –por demás conocida– sobre que en la isla hay más de 800 personas que sobrepasan los cien años, un club de vejetes con una decana de 122 años.

La primera impresión con la sola lectura del titular es que al aparato de propaganda cubano le traicionó el subconsciente y que ha tenido el propósito de diseminar de nuevo la idea de que, ahora que se recupera, aparentemente, de una enfermedad que pudo costarle la vida, Fidel Castro puede llegar a centenario. ¿Qué interés, si no, pueden tener las embajadas cubanas en difundir un artículo tan insulso dejando a un lado hechos más relevantes de un simposio médico donde se habló de nuevo de esa archiconocida estadística cubana?

La información habla del nuevo congreso de este año en La Habana sobre longevidad satisfactoria, pero nada refiere sobre que fue un evento internacional en el que han participado especialistas argentinos, venezolanos, peruanos, mexicanos y ecuatorianos, ni cuales han sido las novedades que la reunión ha aportado este año, por ejemplo.

Para la periodista que escribe el centro de la noticia es la cantidad de centenarios que hay en Cuba, algo de sobra conocido. Refiere cómo llegar a esa edad, con una fórmula bastante simple: no fumar, beber abundante agua, evitar los excesos de sal y grasa, y hacer ejercicio. Presumiblemente eso debe hacer Fidel Castro desde que se quitó del tabaco. Sin el Cohíba en la boca, Fidel nunca más fue el mismo.

La información fue publicada este sábado en el diario «Granma» el órgano oficial del castrismo, guardián de la ortodoxia, cancerbero del régimen y flagelo de infieles. Es el mismo diario donde Fidel Castro, aún convaleciente, ejerce su nuevo papel de editorialista, en unos artículos que han comenzado a ser publicados bajo el título de «Reflexiones del Comandante en Jefe».

El tema de la longevidad ha sido recurrente en los aparatos de propaganda de los regímenes dictatoriales. Sin ir más lejos, en la Rusia soviética de Jósef Stalin, que ejerció el poder de 1920 hasta su muerte en 1953, a los 73 años de edad, por causas que aún se desconocen, sin que se descarte el envenenamiento. En vida de Stalin la prensa rusa publicaba frecuentes historias sobre la famosa buena salud y longevidad de los georgianos. Stalin era georgiano. En vida del español Francisco Franco, de genes gallegos, como Castro, y que murió en la cama con casi 83 años, la propaganda oficial atizaba también el asunto de la longevidad del llamado Caudillo de España, al tiempo que circulaban decenas de chistes e historietas sobre su apego a la vida.

Ese congreso sobre longevidad satisfactoria se celebra periódicamente en Cuba. En el de hace cuatro años, cuando Fidel Castro contaba 77 de edad, salieron a relucir las «formidables» e «inmejorables» condiciones de salud del líder cubano, al que se puso como ejemplo de persona motiva para superar la centuria. «Está motivado para vivir 140 años», sostuvo entonces el presidente de la Asociación Médica del Caribe, el cubano Eugenio Selman-Housein, quien fue uno de los médicos de Castro. Selman-Housein preside también un llamado Club de los 120 Años, fundado en el 2003, que «propone a sus miembros superar la centuria en plena forma con una receta que combina consejos médicos y la milenaria voluntad individual de querer vivir más», según una reseña periodística. Fidel Castro no se ha inscrito en ese club. Ni falta que le hace.

Francisco R. Figueroa

El FMI da la razón a Fidel Castro

El Fondo Monetario Internacional (FMI) le ha dado la razón al líder cubano, Fidel Castro, sobre los biocombustibles al afirmar que promover el uso a gran escala de los carburantes de origen vegetal puede acarrear problemas pues elevara el precio de los alimentos en todo el mundo, en concreto del maíz, la soja y el trigo.

Recientemente Castro había censurado de forma violenta el uso de tierras de cultivo con la finalidad de destinar la producción a la obtención de combustibles biológicos. La demanda exagerada de los cereales y plantas oleaginosas de los que se extrae el etanol para alimentar los «voraces automóviles de los países ricos» representa, según Castro, un «colosal derroche» y –lo que describió de forma tan gráfica como dramática, la «condena a muerte prematura por hambre de más de tres mil millones de personas en el mundo». Antes que Castro habló en el mismo sentido el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Ambos lo hicieron a raíz de los acuerdos de cooperación sobre etanol que fueron hechos con ocasión de la etapa brasileña de la reciente gira latinoamericana del presidente estadounidense, George Bush. De modo que convirtieron el etanol en combustible para alimentar su ideológica «antigringa». Pero hasta ese momento Chávez era proclive a los biocombustibles, tanto que en su país se usan, y a Castro no le eran antipáticos.

Charles Collins, un especialista y analista del FMI, ha expresado la preocupación de la institución por la promoción que de los biocombustibles hace, fundamentalmente, el presidente Bush y también en la Unión Europea. Parece que a Collins le preocupa el uso de los cereales, es decir, de alimentos, para su destilación en alcoholes combinables con las gasolinas o sustitutos de las mismas en la combustión de los motores de los vehículos.

Los biocombustibles es negocio cuando el barril de petróleo vale más de 30 ó 35 dólares. De hecho, el etanol como carburante de motores comenzó a ser desarrollado por Brasil a raíz de las crisis del petróleo de los años setenta del siglo pasado que hicieron trepar el precio del crudo de 2,90 a 34 dólares el barril. Actualmente el precio del barril ronda los 60 dólares, con tendencia al aumento por el incremento notable del consumo que se espera debido, sobre todo, a la creciente demanda en los países emergentes. De ahora al 2030 se espera un aumento del 70% de la demanda de crudo por el aumento del consumo en China, India y los países de la OCDE, el club de los ricos. Esto seguirá haciendo rentable la producción de biocombustibles. De modo que una mayor demanda de etanol presionará al alza el precio de los granos y los demás productos agrícolas de los que se extraen los biocombustibles. Así se espera que el maíz suba un 20% hasta el 2010 y un 40% para diez años después, el trigo el 10% y el 30%, respectivamente, y la yuca (mandioca) un 30% y un 140%.

Una buena parte de los biocombustibles que se usan actualmente (45%) en todo el mundo proceden de la caña de azúcar y tiene a Brasil el productor pionero y más emblemático. Mientras, Estados Unidos usa, sobre todo, el maíz. En naciones tropicales como Brasil, un mayor espacio para el cultivo de la caña lleva aparejado el riesgo de substraer aún más terreno al imprescindible bosque amazónico. Mayor deforestación, pues. Brasil está empeñado en producir más etanol pero también en desarrollar el biodiesel. En ese país el 53% de los vehículos nuevos llevan motores que funcionan indistintamente con etanol, gasolina o mezcla. Los biocombustibles en Brasil equivalen a casi un cuarto de millón de barriles diarios de crudo.

Brasil defendió su etanol del fuego amigo de las críticas de Castro y Chávez. La voz fue alzada por el brazo derecho del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para cuestiones de política externa. Se trata de Marco Aurelio García, un ministro de Relaciones exteriores en la sombra y un hombre de absoluta confianza de Lula da Silva. Amigo de Castro, de Chávez y de los demás dirigentes izquierdistas latinoamericanos, el profesor García habló de incomprensión en la posición del líder cubano. «El problema del mundo es la falta de renta, no de alimentos», dijo. Explicó que Brasil no reducirá las áreas sembradas con alimentos ni afectará a la selva amazónica. La Venezuela de Chávez, la Bolivia de Evo Morales o el Ecuador de Rafael Correa están interesados en el desarrollo de los combustibles alternativos de procedencia vegetal, recordó García.

Francisco R. Figueroa

Faena deslucida de Moratinos


Salvo que haya aspectos desconocidos de los acuerdos sobre derechos humanos alcanzados con el régimen comunista de Cuba, por lo que está a la luz pública, el resultado de la visita de ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a La Habana puede ser considerado un fiasco, que muestra la inoportunidad de ese viaje, que habían desaconsejado diplomáticos especializados en asuntos Iberoamericanos en general y en Cuba en particular.


La cuestión parece estar en que Moratinos es un socialista de carné de nuevo cuño. Su afiliación al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se consumó en el 2000, después de que el gobierno del derechista Partido Popular (PP) no le hiciera embajador en la ONU, como él pretendía. “Moratinos quiere pasar a todo el mundo por la izquierda”, dijo un diplomático conocer de la situación, quien inscribió este viaje a Cuba en los afanes de neoconverso del ministro.

En La Habana Moratinos suscribió acuerdos que, según dijo, sitúan a España como “interlocutor privilegiado” entre Cuba y la Unión Europea. Se trata, entre otras cosas, de crear un mecanismo de diálogo sobre los derechos humanos, asunto que debe ser trascendental y prioritario en la relación de cualquier nación democrática o bloque de naciones con el inmovilista régimen castrista.

Aunque hubo declaraciones de buenas intenciones por parte de España y Cuba, de una voluntad de “entendimiento” y de mantener un diálogo "franco y sincero" sobre "todos los temas", el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, uno de los más aguerridos miembros del búnker castrista, dejó claro que los presos políticos no están en la agenda.

Se trata de unas trescientas personas que están en prisión por sus ideas o actividades contrarias a Fidel Castro. Pero el canciller Pérez Roque niega que en Cuba haya presos de conciencia. Según respondió a los periodistas que cubrieron la visita de Moratinos, esas personas encarceladas son “subversivos”, “mercenarios”, “violentos” y “terroristas”.

Siendo así, ¿de qué derechos humanos pretende hablar España con Cuba? ¿De qué derechos humanos habrá hablado Moratinos con sus interlocutores cubanos, entre ellos el propio Raúl Castro, cabeza visible del régimen desde agosto pasado por la enfermedad de su hermano Fidel?
A punto de embarcar de regreso a Madrid, llevando bajo el brazo el acuerdo para crear el dichoso mecanismos formal del diálogo sobre los derechos humanos, Pérez Roque despidió a Moratinos echándole a la cara un gran balde agua helada. “No tenemos presos políticos”, afirmó. La siguiente pregunta es: ¿Pero alguien creía que el régimen cubano estaba dispuesto a discutir la situación de sus presos políticos con otro país? Los presos políticos en Cuba no forman parte de la agenda de conversaciones con Españay no nadie. Punto. A partir de ahí los gobiernos de La Habana y Madrid podrán ahora rizar el rizo.

Moratinos ha anticipado que ha hablado con sus interlocutores cubanos en un clima de confianza, entendimiento y respeto. ¿Entiende Moratinos que los trescientos seres humanos que están presos en Cuba por cuestiones políticas son mercenarios, terroristas, subversivos o violentos como asegura Pérez Roque? ¿Respeta España que estén en la cárcel por no comulgar con el régimen de Castro? ¿De qué diablos de derechos humanos van entonces a hablar La Habana y Madrid? Quizás solo sean capaces de discutir sobre el sexo de los ángeles, arcángeles, querubines y demás seres celestiales, como ha insinuado sarcásticamente un veterano corresponsal en América Latina.

La oposición interna se ha mostrado molesta con España. Algunos líderes dijeron que si fueran convocados a la Embajada de España en La Habana sencillamente no acudirán, pués para qué. Ha sido “decepcionante” la visita de Moratinos ya que España –critican– ha creado compromisos con el régimen cubano con los que la oposición no está de acuerdo. En un intento infructuoso de quitar yerro al asunto, Moratinos ha reiterado en La Habana “el compromiso inalterable” de su gobierno con los derechos humanos.

Pero las reacciones son muy duras. El opositor Oswaldo Payá, del Movimiento Cristiano Liberación, considera que el Gobierno de España “se han adaptado a las condiciones de exclusión” e “intolerancia” que el régimen impone a la disidencia; el opositor Partido Popular español ha hablado de “apoyo a la continuidad del régimen castrista, en lugar del apoyo a la transición democrática"; la Asociación Cubano–Española hizo hincapié en el "desprecio total y absoluto" a la oposición interna; la Unión Liberal Cubana expresó que España se ha convertido en "cómplice" del régimen de los hermanos Castro; la Asociación Española Cuba en Transición de manifestó la "irresponsabilidad histórica" española y afirmó que hubo “traición" a quienes "desde dentro de Cuba luchan por la libertad". Solo la coalición comunista española Izquierda Unida hizo un "balance positivo" de la visita a La Habana de Moratinos.

Al tiempo se recordaba que en el anterior paso por Cuba de un ministro español de Asuntos Exteriores, que fue en 1998 y Abel Matutes, durante el gobierno del Partido Popular, si hubo reuniones con la disidencia interna.

Francisco R. Figueroa